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"RESCATE DEL CULTIVO DE LA COCHINILLA: Estudio Socioeconómico del Pueblo de Mala" Con este proyecto, el AMPA "La Pequena" y el CEIP "Las Mercedes de Mala (Haría - Lanzarote), participamos en el concurso APAS INNOVADORAS Y CENTROS DE CANARIAS dentro del Proyecto Atlántida, www.proyecto-atlantida.org, obteniendo un primer premio compartido con el AMPA Y CEIP MANUEL GALVÁN, "por su repercusión en un plan Escuela-Contexto, y el desarrollo comunitario de comarcas de cara al rescate de cultivos como el de la cochinilla, con apoyo audiovisual de calidad", el cual fue recogido por la Directora del Centro Dña. Sebastiana Perera, la presidenta del AMPA Dña. Isabel Delgado, acompañadas por varias madres y alumnos, el día 1 de abril de 2005, en acto celebrado en el Auditorio del Conservatorio Profesional de Música de Las Palmas de Gran Canaria, encuadrado dentro del acto de reconocimiento al las Apas ganadoras del Concurso de Experiencias Educativas Innovadoras en el Fomento de la Participación. Este proyecto ha sido nuestro punto de partida, el punto de inflexión donde hemos ido dando pasos, en primer lugar hacia la concienciación de la existencia de un problema y a continuación con propuestas concretas y posterior desarrollo de las mismas. Estas experiencias las podrás ver en la página principal. A continuación relatamos el desarrollo de la experiencia inicial o punto de partida, la cual hemos ilustrado con algunas imágenes, obtenidas a los largo del desarrollo del trabajo. CONTEXTO DE LA EXPERIENCIA
En la actualidad se encuentran inscritos 24 alumnos, que cubren desde infantil de tres años hasta 6º de primaria, los cuales son atendidos por dos tutores, una profesora de PT y los correspondientes especialistas en inglés, música y deporte entre otras. Debemos destacar que existe cierta diversidad cultural en cuanto al origen de los alumnos y alumnas, lo cual supone un elemento enriquecedor y a la vez integrador, siendo en el presente curso 2003-2004 algo superior al 9 % la cantidad de alumnos procedentes de otros países, principalmente del continente Africano y Americano. El A.M.P.A. se constituyó hacia 1983, con el apoyo de padres y madres de alumnos y alumnas de aquel entonces, llegando al momento actual en el que la colaboración entre el Centro y el AMPA se encuentra en su apogeo. En general los componentes del AMPA, vecinos en su mayoría del pueblo de Mala, se dedican a tareas muy diversas, desde amas de casa, agricultores, actividades profesionales, pero predominando en los últimos años el sector servicios, no olvidemos que nos encontramos en una isla donde prácticamente vivimos del turismo, lo que nos condiciona haciendo que dejemos en el olvido tareas y oficios de antaño, y de eso se trata de evitar que esto ocurra y recuperar en la medida de lo posible nuestro pasado, nuestra identidad al fin y al cabo. El nivel de ocupación es prácticamente del 100%, ya que al tratarse de un pequeño pueblo de unos 400 habitantes no existen problemas significativos de integración o sociales; tal es así que a pesar de tratarse de una localidad bastante pequeña cuenta con varias asociaciones; Asociación de vecinos, Grupo de Teatro Tinamala, se cuenta con un Centro Socio Cultural, Asociación Cultural Cochinilla Presa del Jable Molino, con mayor o menor grado de actividad. En relación a otras infraestructuras destacaremos la presencia de un Centro de Salud, Farmacia, Iglesia y varios establecimientos dedicados al ocio y servicios.
Desde este Centro, bajo la dirección de
Sebastiana Perera (Chana), siempre ha existido gran
inquietud, intentado en la medida de lo posible aportar e impulsar
diferentes proyectos que den solución a las diferentes cuestiones tanto
dentro del ámbito académico así como un elemento más de la sociedad. Tal
es así que allá por 1971 comenzamos lo que podríamos decir que es
nuestro punto de partida, un punto de inflexión, realizando un Belén
viviente en nuestra iglesia, participando toda la comunidad, experiencia
que se repitió a lo largo de varios años. Es a partir de la realización
de esta experiencia cuando se sientan las bases de colaboración entre
los diferentes estamentos de la sociedad de este pueblo, realizando
proyectos como la realización en 1972 de un “Estudio sobre el pasado,
presente y futuro de Mala”, realizado por los jóvenes.
Todos estos trabajos, ilusiones y proyectos culminan en el año 1974 con la creación de la Asociación de Vecinos, que junto a la comunidad educativa llevan a cabo nuevos proyectos, mejora de los alrededores del colegio, paredes en los caminos del pueblo, culminando con la creación del primer parque infantil de la isla de Lanzarote, experiencias que aún permanecen vivas en la memoria de todos, recordando como los alumnos de antaño colocaban cartelitos en el parque “las flores tienen vida, respétales”, “respeta si quieres que te respeten”..., ya que sentían que era su parque. Entre los proyectos realizados fuera de lo que sería el ámbito estrictamente pedagógico destacaremos los siguientes:
Con todo lo dicho el presente proyecto no es más que una continuación de las diferentes actuaciones que se han venido realizando a lo largo de los años, en la que hemos conseguido que el pueblo vuelva a mirar con esperanza el futuro y recuperar ilusiones perdidas, sabemos que con trabajo y esfuerzo lo lograremos. ACTIVIDAD O ÁMBITO DE MEJORA ELEGIDO
Brevemente describiremos a continuación la cría de la cochinilla en Lanzarote. Se trata de un insecto, que parasita en un tipo de cacto que en esta isla llamamos tunera, siendo originario de Méjico, el cual era utilizado como colorante incluso antes de la llegada de los europeos a América. Se cree que llegó a Canarias hacia 1825 procedente de Cádiz, y a Lanzarote en 1835, donde se comenzó a cultivar en el cortijo El Patio de Tiagua, y a mediados de dicho siglo llegó a los pueblos de Mala y Guatiza, siendo objeto de un lucrativo comercio en toda Canarias en general, hasta que debido a diferentes circunstancias adversas se produjo su decadencia, sobre todo con la aparición de colorantes artificiales, tales como las anilinas, más baratos y fáciles de obtener. A pesar de estas circunstancias, a lo largo del siglo XX se conservaron dos reductos en los que se siguió cultivando la cochinilla, hablamos de Mala y Guatiza, pero es en la década de los 80 del siglo XX cuando comienzan a abandonarse de forma paulatina y constante la huertas de cultivo, llegando a la situación actual en la que prácticamente no se vende un kilo de cochinilla, apreciándose un grave deterioro de los cultivos y sobre todo el abandono de una forma de vida y la consiguiente pérdida de parte de nuestra identidad de pueblo. Debemos indicar que en esencia no tratamos de volver a meternos en las huertas de tuneras a cultivar la cochinilla como antaño, a picarnos de nuevo como diría algún paisano, partimos la premisa que actualmente el cultivo es prácticamente antieconómico, consecuencia del alto nivel de vida actual, buscamos algo más moderno, adaptarlo a los tiempos actuales, no olvidemos que en nuestra isla se vive del turismo, de la imagen, ahí es donde queremos llegar, rescatar las labores para poder enseñarlas, y hacer que otros disfruten con ello, para ello hemos barajado la creación del Museo de la Cochinilla, La Ruta de la Cochinilla, creación de Talleres de tintado, etc, las posibilidades son diversas y sobre ellas estamos trabajando, para ello hemos contactado con diversas instituciones, Cabildo Insular, Ayuntamientos, Estamentos Educativos, etc., con lo que lograríamos una cierta rentabilidad, si no en el ámbito económico, si en el campo de lo social. No cabe duda que el desarrollo de este proyecto no se hubiese podido llevar a cabo sin la colaboración del AMPA, principalmente en desarrollo de los talleres; del colectivo de agricultores, con tareas de asesoramiento como conocedores del cultivo y su problemática; el colectivo de profesores, en cuanto a labores de coordinación; y vecinos del Mala en general, actuando todos juntos como una unidad, consiguiendo un grado de compromiso muy elevado, destacando por encima de todos el entusiasmo de los niños, que, ciertamente, nos ha impresionado a todos gratamente. RELATO DE LA EXPERIENCIA
Unidos los diferentes colectivos, CEIP Las Mercedes, el AMPA La Pequena, agricultores y vecinos, y tomando como referencia los aspectos antes indicados y salvadas diversas cuestiones organizativas, comenzamos por hacer una plantación de tuneras o huerta en el patio del Colegio, ya que al ser bastante amplio nos pareció bastante adecuado para la experiencia. Para llevar a cabo esta tarea contactamos con el Ayuntamiento de Haría, a fin de obtener su colaboración en relación a la obtención de los materiales, herramientas y personal necesario, ya que los recursos del Colegio son bastante limitados en este aspecto. De esta manera se trajo arena o rofe de los roferos de Máguez, tierra vegetal de la vega de Guatiza y estiércol de la granja del Cabildo, necesarios e imprescindibles a la hora de preparar adecuadamente el terreno para la plantación posterior de las tuneras (Rofe: ceniza de los volcanes de las isla; Tierra Vegetal: barro; Estiércol: heces de animales domésticos como cabras, vacas, cerdos, gallinas, etc. Mezclados con restos vegetales). Una vez que los diferentes elementos y herramientas se encuentran en los aledaños del patio, los niños acompañados de los profesores y algunos agricultores comenzamos el primer taller: “La Huerta”, realizando las tareas siguientes una vez dadas una serie de indicaciones teóricas a los niños:
Primeramente preparamos el terreno, de aproximadamente unos 4 x 6 metros, lo cual no supuso gran dificultad ya que, a parte de contar con la inestimable ayuda de varios vecinos, se encontraba en un aceptable estado de conservación, hablamos de una pequeña porción de patio del colegio. Una vez replanteado el terreno procedemos a añadir una pequeña capa de tierra vegetal, para ello los niños “armados” con palas, carretillas y otros utensilios de labranza, reparten y extienden la tierra vegetal por el terreno. El tercer paso es añadirle abono orgánico, en este caso estiércol, que nos lo ha proporcionado un vecino que dispone de suficientes animales domésticos como para acumular cantidad suficiente, y finalmente se cubre todo con una capa de arena o ceniza de volcán, la cual protegerá el terreno de la lluvia, el viento y aprovechará el rocío, que aquí llamamos sereno, de la noche para humedecer la tierra. Llegado a este punto hemos logrado el primer objetivo, conseguir que padres y madres, niños y niñas, agricultores y profesores trabajemos juntos son entusiasmo, compartiendo un objetivo, una meta, que por supuesto lograremos. Ya tenemos nuestro terreno preparado, es el momento de plantar las tuneras para ello utilizaremos la azada, con la que los niños, una vez recibidas las indicaciones pertinentes por parte de los agricultores presentes, realizarán un pequeño agujero en el superficie de la finca y enterrarán tres cuartas partes de la tunera aproximadamente, procurando no mezclar las capas que componen el terreno, sobre todo la de arena, cubierta superior encargada de proteger y proporcionar la humedad necesaria para la supervivencia de la tunera. Previo a la plantación de la tunera generalmente se procede a realizar lo que llamamos rallado de la finca, se trata de hacer una serie de líneas paralelas que nos van a indicar las filas de tuneras, separadas unos dos metros aproximadamente cada una, evitando dejarlas muy juntas ya que de lo contrario cuando la tunera se desarrolle dificultaría el movimiento por la finca.
Ya tenemos la huerta, ahora nos faltan las herramientas de trabajo para la recogida de la cochinilla, se trata de la “mina” y la “cuchara”, elementos imprescindibles que nos van a facilitar enormemente la labor de recogida de este insecto, por un lado la cuchara realizada a base de latón (obtenido normalmente de latas de aceite) con un pequeño palo de pírgano (se obtiene de la palmera), que nos servirá para raspar la tunera y recoger la cochinilla; la mina es un pequeño recipiente rectangular realizado en latón, con una cabida de 1 kilogramo aproximadamente, el cual una vez lleno se vacía en un balde o cubo. En este taller participan padres, madres, agricultores y los propios alumnos junto al profesorado, finalizando el mismo con turno de preguntas. El siguiente paso que damos va encaminado hacia la elaboración de los “sacos”, el cual nos va a servir para diseminar la cochinilla entre la huerta de tuneras. Para realizar este pequeño saco, con unas dimensiones aproximadas de 20 x 5 cm, vamos a utilizar como material el etamín, normalmente se usa el rengue, muy parecido pero de mayor consistencia. En primer lugar las madres presentes comienzan por realizar los cortes adecuados al etamín, y a continuación los niños con aguja e hilo dan forma a los sacos en la medida de sus posibilidades, siempre bajo la supervisión de los mayores presentes, finalmente las madres retocan los sacos haciendo uso de una máquina de coser. Y como es habitual se finaliza con la realización de una serie de preguntas por parte de los niños que son respondidas por las madres presentes. En este momento retomamos el trabajo de campo y nos encaminamos a realizar el taller de recogida de cochinilla, para ello los niños y niñas acompañados de diversos padres, madres, profesorado y agricultores, nos desplazamos con gran entusiasmo a una huerta de tuneras situada en pleno pueblo de Mala. Una vez provistos de las herramientas adecuadas nos ponemos manos a la obra, realizando los niños y niñas la recogida de la cohinilla con un interés extraordinario, una vez que los expertos, es decir los agricultores, les realizaron las indicaciones pertinentes a fin de coger adecuadamente el parásito de la tunera. Cuando estimamos que ya teníamos cochinilla suficiente dejamos la huerta y nos desplazamos a un local anexo a la misma tendiendo la cohinilla recogida en un tablero (recipiente de forma rectangular, elaborado en madera de 150x50x5 cm aproximadamente), a fin de que comience a desobar (procrear). Este momento es aprovechado para observar mediante microscopio las características de este insecto y poder observar la abismal diferencia entre la hembra y el macho.
A continuación aprovechando que hemos obtenido
cochinilla abundante procedemos a llenar los saquitos, tres cuartas
partes Paralelamente al taller de recogida de cochinilla realizamos lo que se denomina tirada de higos, que no es ni más ni menos que quitarle el fruto a la tunera, ya que de no hacerlo la cochinilla tendería a situarse en los mismos y por otra parte sería una carga para la propia tunera tener que repartir su esfuerzo entre un parásito y su propio fruto. Para ello nos equipamos con uno palo de unos 75 cm, y a base de palos los vamos despegando de las tuneras uno a uno, evitando no confundirnos con las pequeñas tuneras que vienen saliendo.
Se hace difícil resumir en unas pocas líneas toda una experiencia llena de sensaciones gratificantes, de sentir que existe esperanza de mantener vivos ciertos aspectos de nuestra cultura, de compartir ilusiones, estamos seguros de que con el trabajo de todos lograremos nuestro objetivo: Rescatar el cultivo de la cohinilla.
INTEGRACIÓN DE LA EXPERIENCIA EN EL AULA
A lo largo del de
VALORACIÓN DE LA EXPERIENCIATanto el AMPA, como el colectivo de profesores del Centro valoramos muy positivamente la realización de este proyecto, destacando los aspectos siguientes:
Con este proyecto hemos creado expectativas muy interesantes, haciendo que afloren nuevas expectativas encaminadas tanto a mejorar la situación actual como a ofrecer nuevas alternativas al futuro inmediato. Por nuestra parte los pasos siguientes estarán enfocados hacia la creación de “Talleres de teñido con cochinilla”, que serán realizados por expertos de Méjico, con los cuales ya se han iniciado contactos. Una vez que tengamos los talleres y dado que tenemos el compromiso de las autoridades en cuanto a darnos su apoyo en este proyecto el siguiente paso será la creación del “Museo de la Cochinilla”, “Ruta de la conchinilla” y por que no de una Escuela Taller relacionada con el mundo de la cochinilla. |
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Tinamala © 2004 |