A D. César Corpas Rodríguez

Una estrella de colores brilla en el firmamento. Eres tú, César. Ibas más allá de la realidad. Volando te vino la muerte. Volando fuiste al creador.

Eres tú, César, quién con tu sabiduría y bondad inundaste de colores esta tierra conejera (Lanzarote).

Llegaste como un turista y acabaste formando parte de nuestra familia. Te enamoraste de esta tierra pintándola de colores con tus investigaciones sobre la transformación de la cochinilla en carmín, buscando la fórmula menos costosa y más rentable. Tus fórmulas químicas fluyen en mi cerebro. Las explicabas tan bien que el aprendizaje estaba al alcance de los niños. Con mucha simpatía les decías; miren esto de la cochinilla, es como cuando sus madres hacen café en casa. El primer café sale fuerte, le añadimos agua y sale más flojo, y así ocurre con los colores que va desde el más intenso al más suave. ¿Sabes César cuantos niños hay en el proyecto en toda la isla? Más de dos mil.

Esta bendita tierra te debe mucho. Pero esa fatídica mañana de Jueves Santo el Creador te llamó a su morada.

A todos nos dejas con gran tristeza. Estamos en el corazón de tu esposa, Elisabeth, de tus cuatro hijos, de tu madre, hermanos y amigos.

Mucho nos hubiese gustado estar hoy ahí, junto a los tuyos. Sabes que estamos con el corazón. No tenemos palabras para agradecer tus gestos, tu entusiasmo, el legado que nos has dejado. Eres la luz que seguirá guiando nuestro proyecto. Esa estrella llena de colores que contemplamos en el firmamento jamás se apagará.

Con todo nuestro cariño el equipo de la Asociación Milana.

Un abrazo, Sebastiana Perera
Mala, a 6 de abril de 2010