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En nuestra isla, Lanzarote, los campos de tuneras dedicados a la cría de la cochinilla reciben el nombre de "huertas", generalmente se encuentran rodeados o cercados por paredes de piedra. Para la preparación de la plantación se comienza por elegir el terreno apropiado, que ha de ser más bien de baja calidad y poroso, no siendo muy aptos los terrenos de características arcillosas, que generalmente son destinados a otros cultivos, tales como leguminosas y hortalizas. Una vez que se ha allanado el terreno se le añade una capa de estiercol (abono orgánico), y a continuación de recubre con una capa de arena volcánica de unos 10 cm de espesor, la cual es llamada "arena" o "rofe", a esta acción se la conoce bajo el nombre de "enarenar", siendo la forma o manera típica de cultivo en toda la isla, debido sobre todo a la escasez de agua.
Generalmente son plantadas en hileras separadas entre si por unos dos ó tres metros, de forma que entre ellas queden calles con anchura suficiente para permitir el paso del personal que ha de atenderlas una vez que éstas se hayan desarrollado. Una vez que las tuneras se han desarrollado y aprovechando la llegada de las lluvias las plantaciones son abonadas con guano. También se suele utilizar como abono las tuneras que son arrancadas durante la poda anual, para ello se pican o cortan en trocitos pequeños, con lo que se facilita su putrefacción, y se entierran en la tierra vegetal. Para realizar el troceado de las pencas se utilizar la herramienta llamada "picadero", muy parecida a una pala para meter pan en el horno, pero con hoja metálica y cuadrada, con el borde inferior afilado para que en posición vertical y golpeando las palas que se encuentran el suelo sean cortadas en trozos. La Cochinilla Una vez que la tunera ha alcanzado el desarrollo adecuado se procede a "plantar" la cochinilla, es decir diseminar o infectar la tunera con el insecto, para ello se procede la manera siguiente, se obtienen previamente cochinillas madre, de otra plantación existente, en cantidad suficiente y se extienden sobre un "tablero" durante una noche en capa no muy gruesa para evitar que se apelotonen y mueran, comenzado el desobe. El "tablero" es una especie de bandeja de madera, con unas dimensiones aproximadas de 1,60 m x 1 m, con los lados entre 6 y 8 cm, aunque estas medidas varían de un cosechero a otro.
Una vez "plantada" la cochinilla ésta tarda entre 60 y 70 días en madurar, alcanzado el pleno desarrollo con lo que se procederá a su recolección, que si ha sido temprana coincidirá con la finalización de la primavera, siendo los meses de mayor recogida los estivales, pero si el tiempo es favorable puede recogerse cochinilla no sólo en otoño sino en invierno, si bien en estos meses más fríos la cantidad recolectada es sensiblemente menor. Para realizar la recolección se ayuda de un utensilio llamado "cuchara", consistente en un receptáculo de hojalata de boca ovalada, de unos 10 cm de largo por 6 cm de ancho (medida que varía de un cosechero a otro) y fondo embudado, con mango en posición perpendicular de medio metro de longitud más o menos y de unos 3 cm de grosor, generalmente de "pírgano", nombre con el que se conoce al nervio central de la hoja de la palmera. Con esta herramienta se desprenden los insectos que pasan a la cuchara con un suave movimiento de raspado de la tunera, dejando aquellos insectos que no han adquirido la madurez suficiente, dejándolos para una posterior recolección. Durante el paso de la cuchara por la penca se coloca una pequeña milana bajo la tunera para evitar que los granos que no caen dentro de la cuchara caigan al suelo. Una vez llena la cuchara se vierte su contenido sobre la milana o "mina", tratándose de una bandeja de forma rectangular, de hojalata, con unas dimensiones aproximadas de 30 a 35 cm de largo por unos 20 cm de ancho, y de unos 6 a 8 cm de alto. Una vez que la "mina" se ha llenado se pasa el contenido a un cubo o "balde". Existen otras formas tanto de diseminar la cochinilla como para su recogida, pero no las vamos a tratar ya que han quedado en desuso desde hace muchas generaciones. Para la recogida de este insecto los recolectores deben protegerse de alguna forma contra las espinas de las tuneras, para ello se protegen de diversas maneras. Se suele utilizar un amplio y recio delantal, también, pero más reciente, pantalones de material plástico, otra forma un tanto rudimentaria consistía en forrar con papel las piernas. Para el cuidado de plantación y antes de proceder al plantío de la cochinilla se debe proceder al tumbado de higos, que es el fruto de la tunera, muy sabroso, con ello se evita que la cochinilla se instale en el higo, y por otra que la tunera pierda fuerza al tener que alimentar a un parásito, la cochinilla, y a su propio fruto, lo que haría que la producción se mermara considerablemente. Como nota curiosa indicar que para obtener un kilo de cochinilla seca se necesitan entre 3 y 3,5 kg de cochinilla viva o fresca. Secado de la cochinilla Una vez que los insectos han sido recolectados hay que proceder a sacrificarlos. Para ello existen diversas maneras siendo la más extendida la consistente en extenderla sobre el "tablero" procurando que la capa que se forme no exceda de unos pocos centímetros, para evitar que se apelotonen, dejándola así toda la noche. Al día siguiente se exponen al sol en el mismo tablero, volteándolos de vez en cuando para evitar que se apelotonen y así conseguir un secado más uniforme. A continuación se procede al verdadero proceso de "matarlos", para ello basta con zarandear vigorosamente entre dos personas el tablero durante unos minutos. Una vez que los insectos han muerto se vuelven a exponer al sol hasta conseguir el debido grado de secado. Los tableros se recogen por la noche y se vuelven a exponer al sol al día siguiente.
Una vez que la cochinilla se encuentra limpia se procede a almacenarla en sacos, los cuales deben permitir la aireación de su contenido. En condiciones adecuadas la cochinilla seca puede almacenarse incluso durante varios años sin perder la calidad, lo que en algunos casos puede resultar ventajoso caso de que los precios sean muy bajos, y así esperar un mejor momento de mercado. Fuente: Agustín Pallarés Padilla |
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